domingo, 31 de julio de 2016

Sensibilidad e intelecto

Recuerdo mi habitación repleta de muñecas y juguetes. De todos ellos estos son los que quedaron en mi habitación. Otros que también sobrevivieron están guardados dentro de una caja en el garaje de mis padres. Son y serán siempre parte de mi, ... la de buenos ratos que pasamos juntos.


La Negrita, mi Chocolatito, llegó a mi unas Navidades. Los Reyes Magos la dejaron para mi en casa de unos amigos de mis padres a finales de los 70. Hoy sigue igual que el primer día, con su pelo negro rizado, sus coletas, sus enaguas y sus zapatitos.

¿Y la Barriguitas? ¿Qué niña de los 70-80 no tuvo al menos una en España? La mía tuvo muchos complementos, cada año me pedía alguno para mi cumpleaños o como premio por acabar con éxito el colegio. De todos ellos esto es lo que conservo.

Ay, el cubo de Rubik! Cuantos meneos le habré dado. Nunca conseguí completarlo, no pasaba de la segunda fila. Me quedaba embobada viendo como mi primo lo completaba en menos de 5 minutos. Siempre fue un misterio para mi, y aún sigue siendo una asignatura pendiente. Algún día lo conseguiré! Lo conservo dentro del cubilete en el que venía. Eso si, si intento moverlo me quedo con las pegatinas en la mano.

Pero de todos ellos el que guardo con más cariño es el juego de las 4 en raya. Que recuerdos. Todas las noches nos marcábamos una partidita con mi tío o con mi padre mientras esperábamos a que mi madre preparara la cena. A ver quien ganaba!!!! Siempre le agradeceré que entrenara mi cerebro.

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